Querido lector: estoy devastada. Y no porque me hayan despedido del trabajo (hablaremos de eso más tarde) sino porque un día más me he dado cuenta de lo difícil que es luchar contra el cochismo.
El Ayuntamiento de Madrid ha abierto una consulta pública para poner parquímetros en Puente de Vallecas, concretamente en los barrios de San Diego, Palomeras Bajas, Palomeras Sureste, Portazgo y Numancia (no en Entrevías, que también pertenece al distrito).
¿Por qué pregunta el Ayuntamiento a los vecinos por esta cuestión? Pues no tengo ni idea, porque ni es obligatorio ni es vinculante. ¿Nos pregunta Almeida si queremos jardines verticales en la M-30, una losa en Ventas o una Menina gigante en cada esquina? No. Sin embargo, por algún motivo ha decidido hacer de los parquímetros de Vallecas un asunto participativo. Según leo en Somos Madrid, hasta la fecha se ha preguntado a los vecinos de Ciudad Lineal y Usera (en ambos ganó el sí) y se ha “impuesto” la decisión en Puerta del Ángel, San Isidro y Los Cármenes.
Todos estos son barrios de fuera de la M-30, en los que existe un “efecto frontera”: como en el interior el aparcamiento está regulado (hay que pagar por aparcar y como mucho puedes estar cuatro horas), los conductores cruzan al otro lado para dejar el coche. O conducen hasta la frontera, aparcan y cogen el metro.
Esto provoca dos cosas: la primera, que apenas hay sitios libres; la segunda, que los coches se dedican a dar miles de vueltas hasta que encuentran uno. Total, que hay mucho tráfico, ruido y contaminación. Y eso nos lo comemos todos.
Los parquímetros solucionan parte del problema (en mi opinión, los coches no deberían poder aparcar en el espacio público bajo ninguna circunstancia: así lo hacen en Tokio y no se muere nadie, pero no creo que sea una conversación para la que estemos preparados en Madrid). Con ellos, los conductores residentes pagan una cuota de 24 euros al año (2 euros al mes) por poder aparcar en la calle. Como los de fuera ya no pueden aparcar tantas horas y sin pagar, se libera espacio. Los residentes ganan espacio para sus coches, tiempo para encontrar aparcamiento y dinero (menos combustible dando vueltas). Los que no tenemos coche ganamos en tranquilidad, porque disminuye el tráfico.
El argumento es infalible. ¿O no? Pues yo pensaba que sí, sobre todo vistas las reacciones de los vecinos de Usera y Ciudad Lineal, que dicen que los parquímetros les han cambiado la vida. Hasta que hace unos días me dio por revisar los mensajes del grupo de Telegram de Vallekas Sostenible —un grupo de vecinos preocupado por la movilidad— y me enteré de que no todo el mundo piensa igual. Peor: que hay colectivos y asociaciones de vecinos haciendo una gran campaña por el no.
¿Los motivos? Pues tampoco me quedan del todo claros. Los de Palomeras Sureste enviaron un mensaje pidiendo a todo el mundo que votara que no, sin argumentos. Buceando por Telegram y hablando con gente del distrito escucho cosas como que “sí, dos euros al mes, pero veinticuatro euros al año, y vas sumando y vas sumando…”, o que es “anti-barrio” o que “hay problemas más importantes” o que los parquímetros trasladarán el problema a otros lugares. Porque existe un problema. Pero que se lo coman otros.
Esto es lo que los chicos de Vallekas Sostenible me han contado que pasa:
Los de las zonas negras no quieren parquímetros porque no tienen grandes problemas de aparcamiento, pero entienden que si ponen parquímetros en las zonas rojas el problema se traslada a sus barrios. Así que hacen campaña por el no.
Y luego están estos: un grupo de jóvenes antifascistas, feministas y anticapitalistas que ha puesto carteles en el bulevar (una calle muy céntrica de Puente de Vallecas) con una pirueta argumental que en principio se me escapa pero luego ya no tanto.
Este es el mismo tipo de izquierda que dice que no a tirar el scalextric (el tramo elevado de la M30 que separa Vallecas y Retiro) porque mejoraría el barrio y entonces subirían los precios.
Queridos: esta es la evolución del precio del alquiler en el distrito con el scalextric sin tirar, un 17% en un año.
Las discusiones sobre este tema son agotadoras porque mucha gente, sea de izquierdas o de derechas, tiene metido en la cabeza que existe algún tipo de derecho constitucional a dejar el coche en la calle sin pagar un duro. Vistas las reacciones de las asociaciones de vecinos, las previsiones no son muy alentadoras. Al menos este sábado estuvimos hablando con vecinos en el bulevar y a alguno convencimos. Ya os contaré el resultado.
Lo del curro
Lo puse en Twitter esta semana: ya no estoy en EPE, el proyecto de Prensa Ibérica para el que me contrataron hace tres años. Han despedido a tres personas ✂️ y una de ellas he sido yo. Por mí parte todo está bien, muy bien: llevo exactamente doce días sin pensar en qué escribiré mañana y vivo tranquila. Es posible que ahora que mi mente está liberada recibáis más textos como este, sobre Vallecas o sobre Madrid.
Otras cosas interesantes
La M30 cumple cincuenta años. A falta de uno, yo me he hecho con dos ejemplares del libro conmemorativo que ha reeditado el Ayuntamiento. En El País sacaron una galería increíble con fotografías de su construcción y, sorpresa, salen los vecinos de Vallecas reclamando la Batalla Naval en 1990. (Lee más sobre la Batalla Naval en este humilde blog).
RTVE ha sacado una serie de tres documentales sobre la historia del Rayo Vallecano con motivo de su centenario. Aún tengo que ver el segundo y el tercero, pero en el primero aprendí que el actual estadio lo construyó el Gobierno central, ni el Rayo ni la Comunidad de Madrid (a quien pertenece ahora).
Por cierto, que en el solar en el que se decía que iba a ir el posible nuevo estadio (los terrenos de la antigua fábrica de Tubos Borondo) van a construir pisos. Parece que el proyecto no está mal. En ese polígono en tierra de nadie, a medio camino entre el Puente y la Villa, ya suceden cosas interesantes que quizá os cuente en otro capítulo.
No sé cómo os convencen con argumentos tan malos como lo de que estos barrios están siendo usados como aparcamientos disuasorios. Eso solo ocurre en las calles cercanas a las paradas de metro. El plan abarca barrios enteros. Podéis comprobar muy fácilmente como los problemas de aparcamiento son por las tardes/noches cuando todo el mundo regresa del trabajo. Por otro lado el plan no solo pondrá zonas verdes, también pondrá zona azul lo que quitará plazas a los residentes.
Cochismo... Qué conciso el término.
Tengo publicada alguna cosa sobre
el "Pensamiento Automovilista Madrileño".
https://grijalvo.com/wordpress/category/k-pensamiento-automovilista-madrileno/