Querido lector, vamos por partes.
Hace unas semanas alguien me contó por Twitter que cerraba La Frasca, uno de los mejores bares de Vallecas.
Cualquiera que tenga un mínimo de alma y aprecie los bares —algo que asumo que hacéis la mayoría de los que me leéis— sabe el drama que esto supone, más si vives en una gran ciudad. Ya no es solo que te quedes sin tu bar (porque bares hay muchos, pero que molen de verdad no tantos), sino que ahora hay que sumar el miedo al qué pasará con el local. ¿Lo comprará un fondo? ¿Pondrán una franquicia? ¿Un gastrobar clónico que sirva hamburguesas, baos, tacos y tartar? ¿Lo convertirán en pisos turísticos? Es mucha pena y desconcierto. A mí, además, la noticia del cierre de La Frasca se me juntó con la del cierre del Femary, que viví hace pocos meses: el bar más acogedor al otro lado del Puente de Vallecas, que servía buenos vinos y un gran cocido y cerró porque sus dueños vendieron el local para irse a vivir una mejor vida a Canarias. Hoy es un sitio sin más.
La Frasca está en una galería comercial en la que hay otros bares, un par de garitos y la Federación Profesional del Taxi, un lugar peculiar que a la entrada tiene un taxi antiguo sostenido sobre un poste, como si fuera una estatua. Ponen buenas tapas y siempre hay ambiente, especialmente los días que juega el Rayo (el estadio está justo enfrente). Su terraza, junto a unas cuantas más que hay al lado, forma una especie de paseo marítimo vallecano. De hecho, la calle ha sido renombrada como tal. Hablaremos de esto más tarde.
Consternada —otra vez me quedo sin bar—, pasé por allí varias veces para preguntar. Al final di con el dueño, que mientras tiraba cañas ajetreado (eran las fiestas del barrio y aquello estaba hasta arriba) me dijo que los propietarios del local querían venderlo. Que él no lo podía comprar y que el 15 de julio, justo al terminar las fiestas, era el último día. Me dijo, además, que los propietarios eran los dueños de la antigua sala Hebe, un famoso sitio de conciertos nacido a finales de los setenta por el que pasaron todos los grupos clásicos del rock y el heavy español. El Hebe cerró en 2018: también vendieron el local.
Como cuando me emperré en conocer a los promotores del nuevo edificio de la Plaza Vieja, puse en marcha el clásico combo de catastro, visualizador urbanístico de Madrid, registro de la propiedad y registro mercantil. Al final fue más sencillo que todo eso y bastó con pedir un teléfono a la persona adecuada. Así pude hablar con Maribel, una de las dueñas del local de La Frasca.
Maribel es la mujer de Juanjo y ambos fueron, a su vez, fundadores de la Batalla Naval, la mejor fiesta (sin exagerar) de Madrid. Para el que no la conozca, consiste en salir a la calle a tirarse agua con pistolas. Y la gente hace lo propio con cubos y mangueras desde sus casas. Es buen rollo y fresquito en mitad del siempre abrasante julio madrileño.
Juanjo falleció en 2019. Tan conocido era en el barrio que en 2021 le pusieron su nombre completo (Juan José García Espartero) a un parque, el que hay entre La Frasca y el estadio.
Estas fueron algunas de las cosas que me contó Maribel:
Sobre el Hebe y la apertura de La Frasca
“Por el Hebe han pasado todos los grupos de Madrid. No se les cobraba: si sacaban dinero, una parte iba al negocio y la otra para los artistas. Juanjo tenía una cabeza privilegiada y era un tío muy generoso, con lo cual siempre cedía los locales gratuitamente para hacer actos solidarios. En un momento dado, quería otro tipo de negocio. El local en el que está La Frasca ahora era una imprenta chiquitita, después fue una guardería que se cerró. Se cogió todo y se fue ampliando La Frasca. La idea era abrir un bar un poco distinto a lo que había en el barrio. En aquel momento empezaban a abrir terrazas en Madrid. Al no haber vecinos, esa zona de Payaso Fofó era un buen sitio. Se intentó abrir con un poco de exquisitez: nos fuimos moviendo por los locales del centro para ver qué se cocía y luego se fue adaptando a la idiosincrasia del barrio. Se convirtió en la sede de la Cofradía Marinera, la gente del Rayo iba allí…”
Sobre el nacimiento de la Batalla Naval
“Juanjo, yo, Paco Pérez… Creamos la Batalla Naval porque hacía mucho calor en el barrio y queríamos mojarnos. La policía nos detenía porque decíamos burradas. Y como siempre hemos sido un barrio con mucha actividad dijimos: podemos convertirlo en una fiesta. Nos empezamos a juntar y creamos la Cofradía Marinera. Hay mucho trabajo detrás de eso: hay que gestionarlo con la Junta, contratar los camiones, la paella… E igual somos quince o veinte personas. ¡Hace falta un relevo generacional!”.

(Otra de las acciones de la Cofradía Marinera fue ponerle el cartel de Paseo Marítimo a la calle Payaso Fofó)
Sobre el cierre del Hebe
“Cerramos el Hebe por muchas circunstancias. Cuando Carmena estuvo de alcaldesa, Juanjo trabajó de asesor en la Junta e intentó echarse un poco para atrás porque no quería tener problemas y que le dijeran que se beneficiaba a su local. Pero se juntó que en el Ayuntamiento estaba la gente del PP de toda la vida y que había vecinos presionando mucho. Empezaron a hacer inspecciones, Juanjo no quiso entrar en jaleos… No fue solo una cosa”.
Sobre el cierre de La Frasca
“La Frasca se cierra porque hay que cerrar la sociedad. Somos todos muy mayores. Mi sobrino David [el actual responsable del bar] ya no puede llevarlo. La hostelería es muy dura. Manolo, el otro socio, tampoco. Queremos pasar página y no dejarle el marrón a mi hijo. Dejar la sociedad sin actividad y vender el local”.
“A mí me haría mucha ilusión que lo comprar alguien para mantenerlo. Los azulejos de fuera se encargaron a un señor del barrio que los pinta a mano, son una preciosidad. Pero si te soy sincera no tenemos ni la capacidad ni las fuerzas para gestionarlo, no podemos. Son tantas cosas a lo largo de tanto tiempo. Y hay una parte que para mí es muy dura: el recuerdo de mi compañero”.
Sobre la continuidad de la Batalla Naval
“No queremos que el Ayuntamiento se apropie del éxito de la Batalla Naval porque tendríamos que dejar de protestar. Este año hemos protestado por Palestina”.
Otros años, contra La Troika, en defensa de lo público, por el pueblo saharaui, por un mundo sin machismo…
Pues ahora ya sabemos por qué cierra La Frasca y una serie de cosas interesantes más. Yo me quedo con que harán falta manos en la Cofradía y con que, ahora que la Batalla se está popularizando en Madrid (este año había guiris), habrá que evitar las del Ayuntamiento (os recuerdo que el éxito del Año Nuevo Chino de Usera ha terminado con el área de Turismo interviniendo para “realzar su valor”).
Gracias a Maribel por su tiempo, y a los demás por leer.
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He llegado aquí por casualidad, pero me ha encantado tu artículo 😄 gracias por la investigación
Tras la pandemia cerraron un montón de bares.
Voy a los barrios de mi juventud, y están casi irreconocibles.
Aparte de no "dejar el marrón" a los hijos, los aumentos del precio del alquiler están ahogando a bares de toda la vida.